Entre Tú y Yo: El origen de Las Wharton

«—¿Quieres que entre en su cuarto?

Belinda asintió.

—Si alguien me viese entrar en su dormitorio, sería nefasto.

—Sería mucho peor si me viesen a mí. Además, yo puedo vigilar que nadie salga del salón. Lo haremos cuando él llegue y todos estén recibiéndolo y atosigándolo a preguntas. Nadie la verá, se lo prometo».

Cuando Meredith aceptó ayudar a su pupila, Belinda, dejando una nota para Ryan Crawford en su dormitorio, lo último que esperaba era que Frederick Wharton la pillase in fraganti.

«Meredith sostenía la carta en su mano, apretándola con fuerza, dispuesta a defenderla con su vida si era necesario.

—Apártese de mi camino para que pueda salir —ordenó ella.

Frederick se cruzó de brazos en actitud defensiva y la miró con fuego en los ojos.

—No saldrá de aquí sin una explicación.

—¿Va a retenerme en un dormitorio en contra de mi voluntad?

—Usted se ha metido solita en este lío; ahora no me culpe».

Que Frederick Wharton odia a las institutrices, todo el mundo lo sabe, pero esa pelirroja del demonio se ha propuesto poner su mundo patas arriba y no ceja en su empeño de atormentarlo.

El corazón de un McEntrie

Brodie empieza a estar desencantado de Inglaterra. Londres ya no le parece tan brillante y echa de menos a su familia. Al final, no es tan inglés como pensaba y su ausencia de Escocia empieza a causarle añoranza. Por suerte, tiene a Cecilia para recordar viejos tiempos, pero a las Wharton eso no les parece suficiente.

«—Yo solo digo que deberíamos encontrarle una esposa. —Katherine bajó la mano con la que lo había saludado y miró a Emma.
—No empieces —pidió su hermana mayor.
La otra se inclinó para sortearla y mirar a Caroline, que estaba sentada junto a ella, algo complicado dado el avanzado estado de gestación de Emma.
—¿Tú no piensas como yo?
—Me parece a mí —dijo Elinor adelantándose sin la menor contención—, que deberías meterte en tus asuntos, hermana. No creo que Brodie necesite de tu ayuda para encontrar esposa. Se pasa la mayor parte del tiempo espantando a las jovencitas que pululan a su alrededor constantemente. Si hubiese una entre ellas que le interesase…».

Lavinia Wainwright ha sufrido un terrible cataclismo que ha hecho pedazos todo aquello en lo que creía y que la sustentaba. Después de recluirse voluntariamente en un sanatorio, regresa a Londres para continuar con su solitaria vida. Con su madre muerta, su padre en la cárcel y la que fue su casa convertida en un orfanato, lo único que quiere es que la dejen en paz. Pero está claro que ese escocés de ojos azules y mirada burlona no va a ponérselo fácil.

El honor de un escocés

Ewan es el pequeño de los McEntrie, quizá por ello siempre ha estado en un segundo plano y se ha dedicado a observar a sus hermanos y a aprender de ellos. Le gustan los animales en general, aunque siente un afecto especial hacia los caballos, claro. Siempre ha sabido lo que quería hacer en la vida y cuando por fin consigue que su padre le dé permiso para ir a la mejor escuela veterinaria de Inglaterra se siente realizado por completo. Aunque a sus hermanos no les parece que esté realizado del todo y no se privan de decírselo.
«—¿Quieres ser un novato en tu noche de bodas? —Lachlan fue el que preguntó y por su expresión no le parecía una buena idea—. ¿En serio no piensas hacerlo antes de casarte?
—Te arrepentirás —dijo Caillen.
—Puedes estar seguro —afirmó Kenneth.
—¿Sabes cuántas cosas pueden salir mal? —Lachlan de nuevo.
—Uy —se rio Kenneth—, muchas, hermanito».

Bonnie es la hija pequeña de Bhattair MacDonald. Su pasión son los libros, sabe cuántos hay en la biblioteca de los McEntrie y todos los que le falta por leer. Cuando regresa de la Academia Robertson, a la que ha podido asistir gracias a Elizabeth, ya no es la muchacha desgarbada y tímida que se marchó, ahora es una jovencita de lo más interesante, aunque le sigue gustando contarlo todo.
Un McEntrie y una MacDonald, ¿qué podría salir mal?

Una navidad con Las Wharton

Portada Una navidad con Las Wharton

William vuelve a Londres para casarse antes de Navidad y se encuentra con que Elinor Wharton ha decidido organizar una comida navideña muy especial en la que los novios estarán también incluidos.

Mientras Emma pasa las Navidades con Elizabeth en Escocia, las Wharton se reúnen para disfrutar de una celebración muy especial.

Si te quedaste con ganas de saber qué fue de William y Bethany disfrutarás con esta novela corta.

El demonio de las Highlands

Kenneth es un McEntrie, pero a veces se siente como un bastardo. Es un gran jugador y nada propenso a la ternura. A la hora de querer es más un puercoespín que un perro faldero y lo más bonito que le ha dicho nunca a Rowena es que es una bruja.

«—Es usted estúpida —la cortó una vez agotada su paciencia—. Haga lo que le dé la gana, pero luego no diga que no la advertí.

—¡No me hable! —exclamó furiosa golpeando el suelo con el pie—. Ni me mire cuando pase a su lado. Es usted una persona horrible.

Se apresuró a subir a su caballo y sin decir nada más se alejó de allí al galope.

—Estúpida engreída. Bruja arrogante. ¡Maldita idiota! Ya te lo encontrarás, y yo estaré ahí para reírme.

Siguió maldiciendo entre dientes sus buenos deseos el resto del camino».

Rowena Sinclair es la hermana de Aileen y detesta profundamente al hombre que evitó que emparentasen con los McEntrie, quitándole así la posibilidad de pertenecer a una familia que sí merecía la pena.

Un demonio y una bruja ¿puede haber una combinación más explosiva?

Blind Love

Blind Love - The Wharton Ladies Book 1

«Baron Frederick Wharton was reading a letter from his good friend Thomas Crawford, which recounted his worries about his son James, a captain in His Majesty’s Army. Meanwhile, his five daughters, half-sister and wife intensely debated whether it was better to go to London on Saturday or wait until the following Tuesday to make sure they were not the first to arrive in the city. »

Katherine is the second daughter of the baron and has grown up hearing praise about her extraordinary beauty but not a mention of her intelligence, culture or good character, so she has drawn the conclusion that beauty is her only gift, and she must make the most of it. After a statement from her father about her inheritance and possibilities, Katherine will gather her sisters in her bedroom to share her plan with them.

Retando al destino

Portada de Retando al destino

Anna es una bibliotecaria que vive con su amigo Pablo en el centro de Madrid. Un día Pablo le pedirá que le acompañe a la fiesta de las bodas de oro de sus abuelos y allí conocerá a su primo Julio, que le hará una propuesta laboral que no podrá rechazar.

Los libros antiguos son para Anna un atractivo irresistible, pero si a eso añadimos una trágica historia de amor contada a través de unas cartas ocultas entre sus páginas, un palacio impresionante, nuevas amigas y unos ojos marrones con destellos rojizos…

Nada volverá a ser igual para la joven Anna, que descubrirá emociones que nunca había experimentado y aprenderá que, para ser dueña de su vida, tendrá que retar al destino.

Una proposición en Navidad

Jane Bradford vive en Nueva York.

Jane es diseñadora de juguetes para una empresa surcoreana.

Y Jane odia la Navidad.

No es fácil que te guste una fecha que cada año te recuerda el día en el que descubriste a tu prometido dándose el lote con otra, justo una semana después de encontrar el vestido de novia perfecto.

Pero lo que Jane no sabe es que este año la Navidad va a ser muy diferente para ella.

Alguien tiene una proposición que no podrá rechazar.

Un personaje de serie coreana, una ayudante de Santa Klaus y el regreso a casa para Nochebuena.

¿Qué puede salir mal? ¿Podrá el amor superar las barreras de Jane?

Un lugar donde quedarme

Portada de Un lugar donde quedarme

Felicia Harbord no puede tener hijos y hace un pacto con su hermana, Jillian, para que le entregue en adopción al bebé que está a punto de nacer. A cambio los Harbord se harán cargo de la manutención y educación de los cuatro hijos de Jillian, sacándolos de la precaria situación en la que viven y que los aboca a la miseria. Pero Felicia nunca ha tenido a su cargo a ningún ser humano y teme que sea una tarea demasiado ardua, de manera que convence a su hermana para que le entregue también a una de las niñas, Tracy, que a sus nueve años ya está acostumbrada a hacer de niñera de los pequeños.

Tracy recibirá una buena educación y tendrá acceso a todas las comodidades que los Harbord pueden proporcionarle, pero su tía no dejará que olvide que no es más que una protegida.

La constante atención de su primo Nathan y el enorme cariño de su hermano Harry la ayudarán a soportar el abandono de su familia, hasta que llegue el momento de tomar las riendas de su vida.

Vestida de otoño

Portada de Vestida de otoño

Catherine nunca había tenido miedo. Se mueve en un mundo en el que hasta hace poco las mujeres solo desfilaban, pero aprendió a desenvolverse con soltura y a ganarse el respeto de sus iguales, gracias a su madre.

Brett Wenham es un hombre al que no le gustan las complicaciones. Fuerte y un poco rudo, ha probado lo de escalar hasta la cima y ya sabe que prefiere estar en tierra firme.

Brett no necesita una Catherine en su vida, pero el destino va por libre y mueve sus fichas como le da la gana.

Y hay un asesinato. Y una testigo. Y una tienda de antigüedades en un pueblecito de Carolina del Norte.

Muchas cosas van a cambiar para esta diseñadora de moda y no todas van a ser buenas, pero de lo que puedes estar segura es de que esta historia acaba bien. Para algunos.